Según datos del Ministerio de Relaciones Exteriores, en Argentina viven más de un millón de italianos y argentinos de origen italiano. Un número impresionante que convierte al país sudamericano en el segundo hogar de los italianos en el mundo. Y en los últimos años, cada vez más argentinos solicitan la
ciudadanía italiana. ¿Pero quién puede pedirlo?
Requisitos para la ciudadanía italiana
Para solicitar la
ciudadanía italiana, para todos los que residen en el extranjero, es imprescindible tener un antepasado italiano. De hecho, el Estado italiano ha concedido la
ciudadanía a todos los hijos de emigrantes italianos de sexo masculino desde 1912 y, sin distinción de sexo, desde 1948. Este principio se llama ius sanguinis, o derecho a la sangre. No hay límites generacionales, pero la línea de descendencia no debe tener personas que hayan renunciado a la
ciudadanía italiana. En otras palabras, si tengo un abuelo italiano, puedo solicitar la ciudadanía siempre y cuando ni él ni mi padre hayan renunciado a la ciudadanía.
Para algunos países, como Argentina, también es posible tener doble nacionalidad. A continuación, puede solicitar el italiano sin perder el argentino, y viceversa. Esto se debe a una ley especial diseñada específicamente para los emigrantes italianos a Sudamérica (
LEGGE 18 maggio 1973, n. 282 ). En la práctica, podemos tener la ciudadanía argentina y beneficiarnos de sus derechos, poniendo a la
ciudadanía italiana en un estado de latencia.Cabe recordar que en caso de renuncia voluntaria a la ciudadanía italiana por parte de uno de nuestros antepasados, será necesario seguir el procedimiento burocrático clásico previsto por
la legislación nacional. Además, no debemos tener condenas penales por delitos graves o juicios en curso.
Documentos
Hagamos una premisa inmediata: el proceso de obtención de la
ciudadanía italiana es largo debido a la densa burocracia que aflige al sistema. Los tiempos de espera van de uno a cinco años, y cada solicitud es examinada en detalle. Por lo tanto, es muy importante entregar inmediatamente toda la documentación correcta. La solicitud se hace exclusivamente en línea en el sitio web del
Ministerio del Interior. Después de la inscripción, se concertará una cita en el Consulado para la entrega de los documentos. Pero, ¿cuáles exactamente? En una
circular ministerial de abril de 1991, el Gobierno italiano enumeró los distintos actos y documentos que debe presentar el solicitante.
En primer lugar, necesitamos el certificado de nacimiento del antepasado emigrado italiano,
traducido y apostillado. Para obtenerlo hay que solicitarlo en el municipio de nacimiento del mismo o usar
los servicios de Tramite Italia. Entonces tienes que encontrar todos los otros certificados de nacimiento de los varios descendientes, incluyendo el nuestro. Además de los certificados de nacimiento, tenemos que añadir los certificados de matrimonio y nuestro
certificado criminal. Por último, es necesario presentar la documentación que certifique que todos los ascendientes no han renunciado a la ciudadanía italiana, así como un certificado de residencia.En la mayoría de los casos, todos los documentos deben estar completos y autenticados por todas las partes involucradas. Sin embargo, con una
ley especial del 9 de diciembre de 1987, para los documentos argentinos sólo fecha, firma y sello de la Autoridad Argentina. Por último, le recordamos que toda la documentación debe ser entregada a la autoridad consular italiana.
Traducción de documentos
Por ley, todos los documentos deben ser traducidos al italiano y certificados por la Embajada Italiana. Sin embargo, cabe señalar que tanto Italia como Argentina se han adherido a la
Convención de La Haya de 5 de octubre de 1961. ¿Qué significa eso? Que también es posible entregar documentos en la lengua original, mediante la certificación de los mismos por las autoridades internas del Estado miembro del Convenio. En el caso de Argentina, se trata del Ministerio de Relaciones Exteriores. Un funcionario del Ministerio podrá entonces certificar los documentos con una apostilla. De esta manera, nuestra documentación será válida aunque no esté en italiano, y una posible traducción puede ser realizada por un simple profesional del sector en un momento posterior. En caso contrario, deberá recurrirse a un traductor oficial, que estará autorizado a aplicar el sello "para la traducción jurada" a todos los documentos.